Bienvenidos a una nueva entrega de Oficio al Medio, un newsletter sobre historietas. Cada quince días, Gonzalo Ruiz y Matías Mir analizan algún cómic o alguna temática relacionada al mundo de las historietas, buscando repensar sus lecturas y conectar con otros fanáticos. En este nuevo contacto, Mati sigue en la búsqueda de la paz interior en el espacio exterior, y Gonza sufre con un grupo de artistas españoles.
El invierno del dibujante, la Columna Durruti artística.
Por Gonzalo Ruiz
(No la tengo muy clara con la historia de la Columna Durruti. Pero acá hay españoles organizados para rebelarse. Y también hay una banda maravillosa con discos ideales para estos climas invernales.)
Invierno real: frío excesivo, un color gris suele perdurar en el cielo durante el trimestre que ocupa la estación. Un clima que en el hemisferio norte suele ser más cruel que en estas latitudes, con temperaturas más allá del bajo cero, con fuertes nevadas que acarrean problemas. Invierno metafórico: un clima nostálgico, algo desolador que suele simbolizar melancolía, tristeza y hasta derrota. Estas ideas descriptivas y/o poéticas, a las que se le suma una rigurosa investigación previa, son las que utiliza Paco Roca para contar una epopeya.
Ante todo, El invierno del dibujante es la historia de una tragedia, de una epopeya imposible donde cinco dibujantes, cuyos destinos (y creaciones) pertenecían a la Editorial Bruguera, deciden darle la espalda para cortarse solos, englobados dentro de una cooperativa fundada por ellos, Dibujantes Españoles Reunidos, con la revista Tío Vivo como bandera. Toda una gesta heroica realizada dentro del marco de la dictadura franquista, uno de los pocos estertores del fascismo que seguía en pie post Segunda Guerra Mundial. Quisieron las casualidades poéticas que el ascenso y caída de esta historia se dieran durante el verano del '57 y finales del '58; dos años donde, cuentan los personajes, España sufrió una intensa ola de calor y de frío. Y justamente con esto juega el artista integral, con una línea de tiempo verídica y comprobada que va hacia atrás y adelante, intercalando entre dos paletas de colores, una completamente cálida, con fuertes usos del naranja que simbolizan ese agobiante verano. Y por otro lado un gris azulado, melancólico, síntoma de un crudo invierno que, lejos de la algarabía que representa la nieve en navidad, muestra lluvias tristes. El brillante y caluroso pasado da lugar a un frío y lúgubre presente, demostrando victoria primero y derrota después.
¿Por qué tanta "épica" en la historia que trata de cinco dibujantes? Porque como queda dicho, esta historia narra el intento de cinco obreros del lápiz por ser independientes. Algo que hoy parece una cosa relativamente común en ese momento era casi una locura, abandonar un trabajo, si bien arduo y no bien pago, para dedicarse a ser sus propios jefes a riesgo de perder un sueldo seguro. Contextualizando, la España tiranizada por Franco estaba repleta de censura, algo que también incomodaba muchísimo a los artistas que se veían censurados dentro del gigante editorial. La atmósfera pesada del verano tuvo la necesidad de traer vientos frescos, aires de renovación, cuestiones que dentro del contexto sociopolítico, pasa a ser un acto subversivo. En el momento más peligroso de la historia de España, Escobar, Peñarroya, Conti, Cifré y Giner deciden hacer historia, adelantándose a la rebelión de los dibujantes de Marvel que terminaron fundando Image a principios de los '90.
Por supuesto que esta épica nace también de la ingenuidad de aquellos que la instalaron. Porque bien es fácil rebelarse y romper las cadenas de la opresión, ¿pero después como se sigue? El mayor problema que se encontró la virginal D.E.R. era que ellos ponían el talento al servicio de Bruguera... Pero todo lo demás, lo que ocasionaba la llegada del éxito correspondía a la correcta labor de la editorial, que a su vez estaba enterada de la traición y buscaba formas maquiavélicas para hacer desistir a estos inexpertos de su plan con la Tío Vivo. El invierno del dibujante en estos aspectos es una obra muy humana, más allá de cualquier tipo de exageración que se pueda utilizar con respecto al acto de independencia. Es un trabajo intimista que muestra qué potentes son los actos de valentía, y qué dura puede ser la caída cuando la altura es importante.
Resulta impactante la obra en su totalidad. Paco Roca no solo puso su arte preciosista de maravilloso detalle dentro de las arquitecturas (que resaltan lo realista de la obra) y de total simpleza dentro de los rasgos humanos, sino que también investigó a fondo. Fue directo a las fuentes con los pocos involucrados vivos que aportaron un confuso anecdotario pero verosímil al fin. Es decir, el valenciano arma un relato documental que lo componen diversos puntos de vista, donde algunos contradicen a otros, pero genera así un relato orgánico.
Para descomprimir un poco el relato, por momentos el enfoque se corre de los artistas y se muestran extractos de la vida cotidiana dentro de una redacción de historietas, un trabajo quizá hoy tan de antaño que quedó perdido en el tiempo, aunque acá queda bien retratado. También observamos, como una mosca sobre la pared, qué pasa con los dueños de Bruguera dentro de esta situación, qué conspiran entre ellos para destrozar a sus potenciales competidores o sobre aquellos "traidores" que le juraron lealtad a sus jefes y quedaron pegados cuando las cosas se complicaron sobre el final de la historia. Y por supuesto, los mejores momentos quedan a cargo de Manuel Vázquez Gallego, pilar artístico de lo hoy conocido como la "Escuela Bruguera", un dibujante completamente anárquico que se cansaba de engañar a todos los que podía dentro de la redacción, pidiéndoles plata a cambio de historietas que no siempre entregaba completas. Una figura entrañable que hasta llegó a tener una película, El Gran Vázquez, con Santiago Segura con el papel protagónico, que también se puede mencionar por su utilidad para expandir más sobre la historia de Bruguera en estos años.
Uno por hacer una mínima investigación o por conocer de rebote, si tiene el interés, sabe que la historia de los cómics está completamente pervertida, con una mayor cantidad de inescrupulosos amantes del dinero que de gente con cariño por el medio, que suelen ser los más golpeados. La mayoría de los golpeados resultan personas como Jack Kirby, que pese a todo bajaron la cabeza y siguieron trabajando porque era hacer lo que más querían. Pero antes (o durante, siendo justos) de todas las vicisitudes sufridas por el Rey, existieron cinco personas que le dijeron "no" al abuso y se abrieron camino. Por desgracia, se comieron la paliza de sus vidas, que los obligó, por supuesto, a bajar la cabeza y seguir, pero nadie les puede quitar el mérito a ellos y a los que vinieron después a lo largo de todo el mundo, de haberlo siquiera intentado.
Els còmics et trencaran el cor.
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