Bienvenidos a una nueva entrega de Oficio al Medio, un newsletter sobre historietas. Cada quince días, Gonzalo Ruiz y Matías Mir analizan algún cómic o alguna temática relacionada al mundo de las historietas, buscando repensar sus lecturas y conectar con otros fanáticos. En este nuevo contacto, Gonza se acerca al final de su mega-nota y Mati… sigue entre nosotros pero no está en el newsletter hoy.
PERO ADEMÁS: Sigue la preventa de nuestro libro, publicado por Rabdomantes y que podes pre-comprar ACÁ. Estamos muy agradecidos con aquellos que compraron el libro y con los que nos festejaron la movida. Y si en una de esas, hoy sábado 13 estás en Rosario por la Crack Bang Boom, a partir de las 15:30 vamos a estar presentando el libro en el Espacio Crack. Media horita antes de una gran charla con Geoff Johns. ¿Que tal, eh?
Amor y Madurez (o Love and Rockets parte seis de SIETE)
Por Gonzalo Ruiz
Y estoy nomás con el final a la vuelta de la esquina. Bah, al final de mi recorrido con la lectura de Locas, la parcela punk de Jaime Hernandez dentro del cosmos loveandrocketseano, porque después de esto me toca leer y releer Palomar… pero no creo que lo haga dentro de poco, necesito tomar distancia, al menos en este espacio, y dedicarme a hablar de otras historietas. Que se yo, se que este newsletter, aparte de informar/recomendar, también funciona como un “querido diario” a cielo abierto. Pero no estaría mal hablar de otras cosas. Al menos, después de esta entrega y de la que se viene en un mes (en quince días, tiro una bomba, vuelve el podcast de Oficio al Medio).
Estamos en 2008. El año anterior había salido el 20avo y último número del segundo volúmen de Love and Rockets, el de formato comic book; y llegó la hora de una nueva renovación. Chau revista, hola formato prestige. Sincerándose con los habituales delays de publicación, los Bros. Hernandez deciden que es más honesto sacar un libro de 100 páginas al año. Este tercer volumen, conocido como Love and Rockets: New Stories dura hasta el 2016, representado en ocho tomitos. En este espacio, Jaime publica tres historias largas, las que ocupan esta entrega y la próxima. Las dos que voy a mencionar hoy, representan a mi juicio el pico creativo más alto de Jaime. Y a su vez, son dos historias muy distintas una de la otra.
Mencioné varias veces el amor que tanto Jaime y Beto sienten por la Silver Age superheroica. Amor que nunca había calado hondo en Love and Rockets más allá del personaje paródico de Penny Century y sus denodados intento por tenerla como un comic relief con poderes (Algo que duró poco y nada, como menciono en la primera entrega de la nota). Bueno… ¿y si en realidad si hay superhéroes en el universo de Locas?
Es una pregunta más tramposa que retórica, porque God and Science: Return of the Ti-Girls es lo más parecido a un Elseworld dentro de Love and Rockets, porque acá si hay superpoderes,supergrupos, villanos, y una idea metaficcional muy zarpada, bien pensada por un fanático total de la DC o Marvel de los 60. Maggie continúa como casera dentro de un complejo habitacional mientras vive con Angel. Ambas discuten la llegada de una vecina que Maggie vió saltar por los techos durante la noche. Ahí es donde ella, una comiquera cebada como nosotros (dato revelado en Ghost of Hoppers, vale aclarar), le cuenta a Angel la historia de las Fenomenons, un grupo de superheroínas bancadas por un millonario; las Zolars, donde solo pueden estar chicas menores de 21 años y por último las Ti-Girls, chicas rechazadas de los otros grupos y que tuvieron su esplendor durante los 60 y 70. Tres grupos que podríamos pensar como la JLA, la Legión de Superhéroes y la Legión de Substitutos (en clave JSA) pero con toda la onda de Jaime, unidos para detener a Penny Century que, finalmente, obtuvo los poderes que siempre quiso, pero fiel a su espíritu iconoclasta, esto solo trae infinitos dolores de cabeza para todos.
Ti-Girls funciona a la perfección como también lo hace Woah Nellie! porque Jaime trabaja con su corazón. Ojo, no digo que en el resto de su obra no esté esa virtud (está siempre, por si no se dieron cuenta), pero se nota muchísimo cuando hace homenajes a las cosas que lo formaron como comiqueros. Los super grupos, la Silver Age… En fin, básicamente hay un ejercicio de homenaje/parodia respetuosa hecho con amor. Es un libro que se pudo haber publicado en la era Weisinger de DC Comics sin desentonar.
Tras esta suerte de “descanso narrativo”, volvemos de lleno a la historia de Maggie con The Love Bunglers. Acá se acabó la incertidumbre de los 30 para entrar a la incertidumbre de los 40. ¿Qué pasa ahora? Maggie sentó cabeza a nivel laboral, pero no a nivel romántico. Vuelve el rompecorazones de Ray Rodriguez, en estado de galán maduro (hasta ahí) para tratar de entrar en el corazón de su eterno amor imposible. Hay algo de “más de lo mismo” en esta historia, pero se lo banca porque, pese a lo repetitivo,sirve para que sus personajes crezcan en todo sentido.
Sin embargo, hay unas 30 páginas del libro dedicadas al pasado de Maggie, y probablemente sean las páginas más duras que el maestro haya hecho en su vida. Browntown narra el momento en que la familia Chascarrillo deja Hoppers por primera vez. Un trauma para la pequeña Perla, que se separa de su mejor amiga y solo le queda cartearse de vez en cuándo. El momento menos propicio para una separación, porque comienza a asomarse la pubertad en un contexto en el que nuestra futura mecánica se encuentra sola, sin sus amigas y en lugar aburrido para una nena de 11 o 12 años. A esto se le suma una familia disfuncional con una hermanita pesada, un hermano que sufre en silencio repetidas violaciones y unos padres al borde de la separación. ¿Qué le queda entonces a Maggie? Solo un vacío enorme que tranquilamente puede explicar todo su derrotero posterior.
The Love Bunglers no será de lo más flojo, pero si lo menos innovador hasta el momento, pero también sirve para abrir una puerta, que es la de ingresar al mundo de la adultez, algo que va a impactar de lleno en el próximo libro… y en la próxima Y ÚLTIMA RESEÑA.
En un mes les cuento.
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