Bienvenidos a una nueva entrega de Oficio al Medio, un newsletter sobre historietas. Cada quince días, Gonzalo Ruiz y Matías Mir analizan algún cómic o alguna temática relacionada al mundo de las historietas, buscando repensar sus lecturas y conectar con otros fanáticos. En esta entrega, Gonzalo sube la temperatura con historieta erótica recientemente publicado.
PERO ANTES: No te olvides que sigue activa la preventa de nuestro segundo libro recopilatorio: 200 páginas llenas de material curado, corregido, ampliado e inédito, lo mejor que hicimos entre el 2022 y 2024, con tapa de Carlos Dearmas, prólogo de Gustavo Sala e interiores de Ignacio Yunis. Edita, por supuesto, Rabdomantes.
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“Satén rosa rosa”, y el fino arte de la calentura
Por Gonzalo Ruiz
“Mientras las culturas sexualmente avanzadas nos trajeron las matemáticas, la literatura, la filosofía, la civilización y todo lo demás, las culturas sexualmente restrictivas nos regalaron la Edad Media y el Holocausto”.
-Alan Moore, “La Venus del cenegal contra los anillos de pene nazis” (2006)
Hace semanas atrás, los medios de comunicación, redes sociales incluídas, entraron en un debate álgido por una selección de novelas que el gobierno provincial eligió para que sean leídas por alumnos de secundaria (dentro de un contexto de ESI). Dichas novelas presentaban una cierta carga sexual. No puedo hablar en profundidad porque no leí los libros más allá de los fragmentos citados y muy probablemente sacados de su contexto: es decir, no sabemos de qué va la novela pero leemos que en algún momento dos personajes cogen. Pero esto alcanza para que la gente de cierta moral se escandalice por lo que le enseñan a “nuestros hijos”, como si de todos modos no hubiera un contexto de violencia real en nuestra idiosincrasia actual, tal vez más preocupante que el de la sexualidad ficcionalizada.
En medio de todo esto, la editorial Deriva larga la preventa de un libro de historieta pornográfica. No es que, lamentablemente, este medio ocupe primeras planas (o buena cantidad de minutos en prime-time televisivo) de dichos medios de comunicación, pero no puedo dejar de notar y disfrutar la ironía del asunto. Sobre todo porque es un “nuevo” libro de una artista a la que tengo ganas de ver que más tiene para ofrecer.
Es que Paula Boffo la rompió fuerte con “Santa Sombra”. Lo dijimos todos, lo supo expresar bien con palabras mi coequiper en este espacio, todos quedamos alucinados por ese drama violento de cholas con espadas poseídas en un contexto tan sombrío como la trata de blancas. Esa historieta tuvo su recorrido, sus años y ahora nos toca esperar próximos movimientos con el recopilatorio de historias cortas “Satén rosa rosa” como ansiolítico. Cualquiera que la haya descubierto cuando firmaba como “Sukermercado” estará familiarizado con buena parte del contenido repartido entre 2016 y 2024, publicado en la Editorial municipal de Rosario, Revista Fierro (en su etapa Digital), Sextories, Kinkyvibe, La Pinta, entre otras más.
Hablando de coincidencias, en medio de esta lectura, empecé un libro que apareció sorpresivamente en las librerías porteñas el año pasado, llamado “Cuadernos de humo sagrado (O tres ensayos bestiales)”. Como su título lo indica, junta tres ensayos escritos por Alan Moore. Tres bombas nucleares donde el Mago de Northampton hace gala de su conocimiento enciclopédico y educa sobre comix underground, ciencia ficción… y pornografía. Los tres textos tienen una estructura similar, donde no solo hace un repaso histórico de los tópicos, sino que opina, editorializa al respecto. Pone la historia en su contexto y explica su parecer. El texto sobre pornografía (de donde viene la cita con la que abre este texto), que empieza su recorrido con las imágenes de la antigua Grecia, dialoga perfectamente con lo que ocurre en “Satén rosa rosa”.
¿Qué hay dentro de las nueve historias que presenta Paula? Sexo, mucho y explícito. Pero todo dentro de un marco que incluye sensibilidad y “temas de agenda”, o más bien como dice la autora en el prefacio, como percibe la “sexualidad en sí misma”: En todas las historias hay un quiebre de lo se puede considerar como sexo heterosexual cis. La mayoría de los personajes son minorías, y cuando no es así, juega fuerte el cambio de roles. Que es lo que pasa con la primera historia, “Sobre el levante y mi trasero”, donde una piba invita a coger a un pibe que le dedica un piropo desubicado. Hasta ahí todo bien, el chico piensa que es su día de suerte, hasta que descubre que ella tiene las riendas del garche… y se lo termina cogiendo con una cinturonga. Al final (perdón el spoiler, si es que se puede spoilear algo que todos sabemos como “acaba”), descubre que le gusta ser penetrado, cuando todo lo que quería era, justamente, penetrar el culo de una mujer.
No será tan explícito como las escenas de sexo, pero si hay una cosa que está presente y tiene la misma importancia, y es la deconstrucción masculina, porque el remate de la primera historia no pasa solamente por el priopeador y su descubrimiento interno (por no decir una guasada), sino porque, al final, esa pose de “machito” que pirpoea frente a su grupo de amigotes era una pantalla. Obviamente que él nunca va a contar que pasó cuando se fue con la chica, porque tendría que confesar que se lo cogieron y que le gustó. Algo similar pasa en “El furgón, vos y yo”, centrado esta vez en dos chicos que cogen justamente en el furgón de un tren. Los dos chicos representan el estereotipo del vendedor ambulante, de pose callejera y masculina, pero que en secreto se deseaban. Estamos en un punto de la historia donde nos dicen que aparentar algo que no somos es al pedo, que está bien gozar de la forma que uno quiere y sin importar lo que uno pueda opinar. Hay una cuestión social muy fuerte y que importa más de ver pijas, culos y posiciones bien logradas, porque hay que decir que Paula dibuja bien, y es divertido ver no solo una evolución con el correr de los años, sino también por la diferencia de estilos y uso del color que pela. Ninguna historia se ve igual que la anterior.
No solo hay lugar para el compromiso social, sino también para el humor (“Ya no sos igual”, que empieza con la idea de dos metaleros que buscan un trio con una chica, pero al final cogen entre ellos) sino para la ternura. “Fabulosa el Dorado” es la única historia donde no pasa por el sexo, sino por el autodescubrimiento. Nuevamente chicos de aspecto barriobajero, de códigos fuertemente masculinos donde predomina el levante, hasta que hay uno de los que se siente más cómodo al estar con una travesti. En esa comodidad, se da cuenta por qué se siente distinto al resto de sus amigos. Son páginas conmovedoras porque hablan de un momento donde una persona se da cuenta que no es como pensaba que era. La historia cierra con una incógnita, no vemos al personaje tomar una decisión, lo vemos dubitativo, teniendo probablemente su primera conversación sincera sobre lo que siente. Hay una sensibilidad muy presente y muy necesaria, sobre todo en tiempos más oscuros.
La pornografía, sabemos, es algo marginal. En su ensayo, Moore habla de cómo esta condición sirvió, al menos hasta antes de ser explotado comercialmente gracias al cine, como una gran vía de expresión irónica, paródica. Habla de las Biblias de Tijuana, esas historietas under donde los personajes frívolos y políticamente correctos de las tiras de prensa (o de seriales televisivos) cogían, mostrandose menos rígidos que en la realidad conservadora. Algo similar comentó Neil Gaiman en su momento, al quejarse por una bajada de línea de DC. Quiso hacer una referencia a la masturbación en Sandman y Karen Berger le dijo “No existe la masturbación en nuestro Universo”. Gaiman respondió “eso explica mucho de lo que pasa en el DCU”.
Dejando de lado cualquier tipo de juicio que podemos hacerle hoy a la pornografía como industria explotadora, hay algo de la ironía que menciona Moore y de lo liberador que menciona Gaiman y explicita Paula Boffo en sus historias porno que son valiosas. “Satén rosa rosa” habla de la libertad en todos sus aspectos posibles, figura la ironía, figura esa quitada de máscara pacata, figura el ser auténtico. El sexo importa, pero ser libre y honesto con uno mismo importa todavía más.
Yo diría que aprovechen y lo busquen la próxima semana, cuando esté disponible en comiquerías. Consejo: leanlo con una sola mano.
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¡Nos leemos!
Muy buena nota. La del pibe y la cinturonga la leí en su edición fanzine, fue con lo que conocí su trabajo, me encanta Paula en Santa Sombra pero cuando dibuja historieta erótica o de corte sexual explota, es genial. Me dieron ganas de leer esos textos de Moore ya que estamos, así que anotados. Lo que me gusta de Oficio al Medio es que siempre me voy con tarea para la casa jaja. Abrazo a ambos!
Hola Gonzalo, lo tuve que leer tapándome un poco los ojos, pero no por pudor, sino por los mini spoilers jajaja. Nueva entrega para incluir entre las favoritas la verdad. Siempre me copa tu actitud libre de prejuicios y que celebres lo irreverente, lo divertido, la locura o lo revulsivo como decías en el texto de Pudridero jaja. Este libro me llamó mucho la atención cuando lo anunció Deriva. Desconozco si hay mucha variedad de erotismo pero también celebro más material así, más sabiendo que va por lado queer y también teniendo en cuenta las críticas pedorras que mencionabas al principio que le hicieron a las novelas con supuesto contenido "inapropiado". Pero bue, esa postura de querer ocultar la sexualidad como si no existiera o como si fuese algo malo nunca tiene sentido. En fin, ¡me encantó esta entrega!