Bienvenidos a una nueva entrega de Oficio al Medio, un newsletter sobre historietas. Cada quince días, Gonzalo Ruiz y Matías Mir analizan algún cómic o alguna temática relacionada al mundo de las historietas, buscando repensar sus lecturas y conectar con otros fanáticos. En este nuevo contacto, Matías recomienda una historieta hermosa y Gonza… no vino hoy, viene la próxima.
Don't Go Without Me
por Matías Mir
El otro día vi una película fantástica y leí un cómic maravilloso. La película era Everything, Everywhere, All at Once, pero acá no hablamos de películas así que pasemos al cómic. Don’t Go Without Me es una antología de historias cortas de Rosemary Valero O’Connell que salió publicada en 2020 y constituye el único libro de historietas de la autora como artista integral. Al igual que casi todo el mundo, yo la conocía como “la dibujante de Laura Dean”, esa novela gráfica que sacó con guiones de la polémica Mariko Tamaki (bah, “polémica” porque demasiados boludos en Internet deciden polemizarla porque no escribe cómics pensados para que ellos). Laura Dean sobresalía en las estanterías por esa paleta de colores, por sus composiciones detalladas y originales y por sus perspectivas disidentes ejecutadas de forma interesantísima. Bueno, todo eso en Don’t Go Without Me está y potenciadísimo.
Este tríptico de historias empieza por la que le da nombre al libro, una aventura inspiradísima sin carpa de El viaje de Chihiro en la que una pareja se separa en el linde con un mundo fantástico y buscan reencontrarse mientras se cruzan con banda de criaturas de fantasía. Acá la magia está en el diseño de los bichos, en el flujo de la narración y en los diálogos, muy certeros, sin que les sobre nada. El concepto es hermoso, la ejecución es espectacular y todos los estudios de cine deberían estar cagándose a palos para ver quién convierte esto en la próxima película que inevitablemente sea opacada por la boludez de Disney de turno. Mientras tanto, nosotros tenemos la historieta, que no necesita de validación en otros medios para ser todo lo que puede ser.
La segunda historia, What is left, originalmente había salido publicada por ShortBox, una editorial independiente británica que ya había recomendado en mi nota sobre PEOW Studio y Wrecked Hearts, y la verdad que esta historia comparte mucha estética con la historieta recomendada en ese entonces. Aguantame este concepto: una nave espacial usa recuerdos materializados de una persona como combustible. Todo sale mal y la nave explota al carajo. La única sobreviviente naufraga en un planeta abandonado con los “recuerdos” dominándolo y todo se vuelve una suerte de Invención de Morel interplanetaria. Y es más una bomba con la forma en la que está plantada, con unas páginas hermosas y una intensidad en la secuencialidad que te deja atrapado ahí, en ese planeta, rodeado de recuerdos ajenos de alguien que nunca conociste hasta la muerte. Es una bomba.
Pero la que es increíble es la última historia, Con Temor, Con Ternura, que fue la que me dejó completamente apabullado con su uso bello y extremo de la página. Acá es solo concepto, casi sin desarrollo: hay una mina gigante durmiendo en un pueblito costero y su existencia altera y revoluciona al planeta, que empieza a temer que llegue el apocalipsis si alguna vez despierta. Esto es poesía pura, magia en viñetas. Salmones y azules y negros y el blanco como elemento compositivo y las puestas en página más hermosas que vas a ver en tu puta vida. Fácil el mejor laburo de Valero O’Connell, por lejos. Quizás a mí me sensibiliza mucho, pero ver a alguien dejar la vida en viñetas exponiendo su perspectiva sobre un posible fin del mundo y que sea algo naturalista, comunitario y hermoso y que no haya rastro de las pelotudeces que nos afligen día a día y nos hacen querer solo dormir para no despertar jamás me emociona.
Don’t Go Without Me es un libro de historietas para recordarte qué pueden ser las historietas. Y uno sobre cómo se siente haber vivido y seguir viviendo, aunque sea por un rato más.
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